Como en toda historia de adultos, en las que uno busca dañar al otro, los únicos realmente perjudicados son los niños, por ser las víctimas inocentes del conflicto.
Y en nuestro caso los niños no escapan a las reglas generales.
Pero gracias al arduo trabajo del "Comité de Mujeres en Lucha" y a las donaciones recibidas en golosinas (Comercios de la ciudad) y juguetes -Jóvenes de N.O.B- Rosario- nuestros niños pudieron disfrutar de una tarde inolvidable, una tarde llena de juegos y regalos en la que indudablemente fueron felices como los niños saben ser.
Alborozados, entre gritos y risas. recibieron a los Reyes Magos y al payaso Coco (cuatro mamás del comité), que hicimos nuestra aparición montadas en el camión de bomberos.
Previamente los Reyes Magos, recorrieron algunos barrios de la ciudad, repartiendo golosinas a otros niños que corrían a su encuentro en cada calle, por donde pasaba la autobomba.
Los adultos disfrutamos orgullosos esa felicidad y agradecidos a quienes hicieron su aporte para que la celebración sea tal.
Se sirvieron platos salados y dulces y se realizó el sorteo de jueguetes mientras los chicos jugaban en los peloteros.
Fue una tarde de Reyes inolvidable para quienes fuimos parte de esta experiencia.
Una vez más logramos que nuestros niños sigan viviendo ajenos a nuestra incertidumbre, una vez, más sus padres no permitimos que a nuestros hijos les destrocen los sueños.
Y en nuestro caso los niños no escapan a las reglas generales.
Pero gracias al arduo trabajo del "Comité de Mujeres en Lucha" y a las donaciones recibidas en golosinas (Comercios de la ciudad) y juguetes -Jóvenes de N.O.B- Rosario- nuestros niños pudieron disfrutar de una tarde inolvidable, una tarde llena de juegos y regalos en la que indudablemente fueron felices como los niños saben ser.
Alborozados, entre gritos y risas. recibieron a los Reyes Magos y al payaso Coco (cuatro mamás del comité), que hicimos nuestra aparición montadas en el camión de bomberos.
Previamente los Reyes Magos, recorrieron algunos barrios de la ciudad, repartiendo golosinas a otros niños que corrían a su encuentro en cada calle, por donde pasaba la autobomba.
Los adultos disfrutamos orgullosos esa felicidad y agradecidos a quienes hicieron su aporte para que la celebración sea tal.
Se sirvieron platos salados y dulces y se realizó el sorteo de jueguetes mientras los chicos jugaban en los peloteros.
Fue una tarde de Reyes inolvidable para quienes fuimos parte de esta experiencia.
Una vez más logramos que nuestros niños sigan viviendo ajenos a nuestra incertidumbre, una vez, más sus padres no permitimos que a nuestros hijos les destrocen los sueños.
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